Presentación del Boletín de Espiritualidad Nr. 76

Miguel Ángel Fiorito sj







Presentamos en este Boletin de Espiritualidad dos trabajos que no tienen relación entre sí.

En primer lugar, el trabajo no entero, sino una parte de él, de Horacio Bojorge S.I., que titulamos “La indiferencia religiosa” hemos prescindido de su primera parte, en la que el autor nos introduce pastoralmente en el tema, y sólo publicamos su segunda parte, que hace a nuestro propósito en el Boletin de Espiritualidad.

El trabajo puede ser leído entero en la publicación de la Sección No Creyentes de la Conferencia Episcopal Uruguaya, Montevideo, 1981, 24 págs.

El autor nos habla de alguien que solemos encontrar en nuestra experiencia cotidiana, que alardea de ser “in­diferente” frente a Cristo del cual le hablamos, pero que manifiesta cierta “irritación”.

Y nos explica el sentido que tiene esta “irritación” o molestia, recurriendo para ello al texto de Mc 1,21-28, en el cual el Evangelista nos narra el primer encuentro del Señor con un hombre en espíritu impuro.

Pero la explicación va más allá del así llamado 'indiferente' porque nos revela una faceta del "enemigo de natura humana..." (EE.7 y passim) que olvidamos con frecuencia: el ser un espíritu de mentira, de ficción, que aparenta lo que no es y que no es digno de confianza en nada de lo que dice.

El trabajo de Bojorge nos enseña pues no sólo a tra­tar con el “indiferente” como Cristo lo trata, sino también a estar alerta contra las "...razones aparentes, su­tilezas y asiduas falacias" de nuestro enemigo (EE.329).

En segundo, lugar presentamos el trabajo de Antonio Lauras S.I., traducido de Vie Chrétienne, julio 1979, n. 2 23, p. 1-4 (agradecemos la traducción a M. M. Bergadá).

Ya habíamos publicado otro trabajo del mismo autor sobre el sacramento de la confesión (cfr. Boletin de Espiritualidad n. 65, p. 31-34): éste lo completa explicando otras dos maneras de referirse al mismo sacramento; o sea, como “penitencia” y como “reconciliación”.

De unos años a esta parte, nos dice nuestro autor, los vocablos por los cuales la Iglesia designa el sacramento del perdón han variado algo.

"Algunos han creído ver en ello solamente un deseo de cambio para designar una realidad que permanece la misma.

Sin embargo y quisiéramos mostrarlo aquí, en estas palabras diferentes se oculta y a la vez se revela la riqueza de un sacramento que con demasiada frecuencia es minusvalorado y aún rechazado, porque se lo comprende mal o se lo reduce a una caricatura...".









Boletín de espiritualidad Nr. 75, p. 1-2.