Agustín de Hipona
Comentario acerca de algunas cuestiones extraídas de la carta a los Romanos
Capítulo 5
26. [Rm 5,3-5] Y no sólo, sino también nos gloriamos en las tribulaciones, etc. El apóstol conduce gradualmente hasta llegar al amor de Dios y dice que poseemos este amor por don del Espíritu, muestra que todo lo que podríamos atribuirnos, debe ser atribuido a Dios, quien por medio del Espíritu santo se digno darnos la gracia.
27-28.
[Rm 5,13] La expresión: Hasta la ley existió el pecado en el mundo, debe entenderse hasta que vino la gracia.
Porque habló contra los que piensan que por medio de la ley los pecados podían ser borrados. En efecto el apóstol dice que por medio de la ley los pecados han quedado manifiestos, no quitados, cuando afirma: Pero el pecado, al no existir la ley, no era imputado. No dice: "no era", sino: no era imputado.
Ni tampoco cuando fue dada la ley fue quitado, sino que comenzó a ser imputado, o sea a ser manifiesto. No pensemos, por tanto, que se ha dicho: Hasta la ley, como si no hubiera pecado bajo la ley, sino que se dijo: Hasta la ley, para que cuentes todo el tiempo hasta el fin de la ley, que es Cristo.
29.
[Rm 5,14] La frase: Sin embargo reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun en los que no pecaron según la semejanza de la trasgresión de Adán, se puede entender de dos maneras: o a semejanza de la trasgresión de Adán la muerte ha reinado, dado que también los que no pecaron murieron por motivo de su origen de la mortalidad de Adán, o bien: la muerte reinó también sobre los que no pecaron a semejanza de la trasgresión de Adán, sino que pecaron antes de la ley, de manera que se entienda que pecaron a semejanza de la trasgresión de Adán los que recibieron la ley, pues también Adán, recibida la ley del precepto, pecó.
En todo caso también la expresión: Hasta Moisés, se debe entender en el sentido: por todo el tiempo de la ley. Adán es llamado luego: figura del que debe venir, pero de manera antitética, en cuanto, como por medio de él vino la muerte, por medio del Señor nuestro vino la vida.
30.
[Rm 5,15-19] Pero no como el delito, así es también el don. El don es superior bajo dos aspectos: o porque la gracia abunda mucho más, dado que por ella se vive eternamente, mientras que por la muerte de Adán la muerte reinó en el tiempo; o bien porque por la condena de una sola culpa sucedió la muerte de muchos por medio de Adán, mientras que por medio de nuestro Señor Jesucristo, como perdón de muchas culpas, ha sido dada la gracia para la vida eterna.
Y presenta otra diferencia cuando dice: y no como uno solo que pecó, así es el don, porque el juicio, partiendo de uno solo, fue para condenación, la gracia, en cambio, a partir de muchos delitos, fue para justificación.
Por tanto, donde dice: A partir de uno solo, se sobreentiende “delito”, porque continúa: la gracia, en cambio, partiendo de muchos pecados. Por tanto, la diversidad es la siguiente: que en Adán ha sido condenada una sola culpa, mientras que por el Señor fueron perdonadas muchas.
Cuanto sigue mantiene estas dos diferencias, explicándolas de la siguiente manera: Si por la culpa de uno solo la muerte ha reinado a través de aquel único, mucho mas los que recibieron la abundancia de la gracia y de la justicia reinaran en la vida por medio del único Señor Jesucristo.
Entonces, la expresión: mucho más reinarán, se refiere a la vida eterna; en cambio, la que dice: reciben la abundancia de la gracia, se refiere al perdón de muchas culpas.
Después de haber aclarado estas diferencias, vuelve a hablar como había comenzado, cuyo orden había suspendido cuando dijo: Como por un hombre el pecado entro en el mundo, y por el pecado la muerte [Rm 5,12].
Ahora vuelve a esto cuando dice: Por consiguiente, así como por un solo delito sobrevino la condenación a todos los hombres, así también por una obra justa vino a todos los hombres la justificación que da la vida. Pues como por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.
Esta es la figura del Adán que debía venir, del cual había empezado a tratar más arriba, pero luego, interpolando algunas diferencias, había interrumpido el orden. Y volviendo ahora concluyó diciendo: así, pues, como por la culpa de uno solo sobrevino a todos los hombres, etc.
31.
[Rm 5,20] Sobrevino la ley para que abundara la culpa, con esta misma expresión hizo comprender bien que los judíos no sabían por cuál economía había sido dada la ley.
Pues no fue dada con el fin de poder vivificar, ya que es la gracia la que vivifica por medio de la fe, sino que fue dada para manifestar con qué, cuantos y cuán estrechos lazos de pecados se encadenarían los que presumían de sus propias fuerzas para cumplir la justicia.
Y así abundó el pecado en el momento en que la concupiscencia se hizo más ardiente a causa de la prohibición, y para los que pecaban contra la ley se agregó el crimen de la trasgresión. Y esto lo comprenderá bien quien toma en consideración el segundo de aquellos cuatro grados.