Cómo dar hoy en día los Ejercicios Espirituales

Miguel Ángel Fiorito sj





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El dar los Ejercicios completos tiene una dificultad, que no sé si es de nuestro tiempo o de todos los tiempos: los ejercicios completos requieren, según San Ignacio, "poco más o menos...treinta días" (EE.4); y hoy en día es cada vez más difícil poder encontrar una persona que disponga de treinta días seguidos para dedicarles a hacer Ejercicios.

El problema ya se lo planteó San Ignacio, en la Anotación 19 (EE.19), cuando habla de quien está ocupado en asuntos públicos o convenientes; pero la solución que el Santo dio -y de la que luego hablaremos- pasó desapercibida.

La solución más común de este problema es concentrar, en ocho o diez días, lo esencial de los Ejercicios -para ser más exactos de la elección-; pero creemos que esta solución ni es la única, ni es la mejor solución, porque hay elementos del libro de los Ejercicios -esenciales, para la experiencia de Dios aunque no lo sean para la elección- que requieren más tiempo (19).

Quisiéramos ahora dar además de la clásica solución de la concentración, las otras dos -o tres- soluciones» que brotan del libro de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, y que son las siguientes:

1. Ejercicios completos por partes o por etapas.

2. Ejercicios completos en la vida cotidiana.

1. Ejercicios completos por partes o por etapas.

Como el mismo título lo indica, esta manera, de dar los Ejercicios completos se subdivide ulteriormente: los Ejercicios por nacen de lo que S. Ignacio dice en la Anotación 4 (EE.4); y los Ejercicios por etapas se deducen de un estudio teológico del libro de los Ejercicios.

Veámoslo por separado.

1.1 Ejercicios completos por partes.

El mismo San Ignacio habla de… cuatro partes en que se dividen los Ejercicios, es a saber,...la primera, que es la consideración y contemplación de los pecados; la segunda, la vida de Cristo nuestro Señor hasta el día de ramos inclusive; la tercera, la Pasión de Cristo nuestro Señor; la cuarta, la resurrección y la ascensión..." (EE.4).

Se pueden hacer diversas consideraciones sobre esta división de los Ejercicios Espirituales, e incluso interpretarla como lo hace, con mucha originalidad, G.Fessard (20); pero lo cierto es que la división en cuatro partes es expresamente ignaciana, y que, según ella, se pueden hacer los Ejercicios completos en cuatro partes.

Cada parte tiene un comienzo y un término claramente determinado por el mismo San Ignacio:

La primera parte comienza con el Principio y Fundamento (EE. 23), aunque también se podría decir que éste es el comienzo de todos los Ejercicios, y que la primera parte comienza con "el primer ejercicio con las tres potencias sobre el 1°, el 2° y el 3? pecado" (EE.45). Y termina con "el llamamiento del Rey… (EE.91) (21).

La segunda parte comienza repitiendo la misma contemplación, o bien con "el primer día o primera contemplación…de la encarnación" (EE.161). Y termina con "...el día de ramos" (EE.161).

La tercera parte comienza con "la primera contemplación a la media noche...cómo Cristo nuestro Señor fue...a la Ultima cena" (EE. 190). Y termina con la contemplación "hasta la casa donde Nuestro Señor Señora fue, después de sepultado su Hijo" (EE.208).

La cuarta parte comienza con “la primera contemplación, cómo Cristo nuestro Señor apareció a Nuestra Señora" (EE.218). Y termina con la Contemplación para alcanzan amor (EE. 230) (22).

Cada una de estas partes tienen una gran unidad, que permite hacerlas por separado y sucesivamente:

La primera parte se centra en una pregunta fundamental - "lo que debo hacer por Cristo..." (EE.53), en el coloquio del "primer ejercicio”; y sobre la respuesta fundamental, expresada en la "oblación" al "Eterno Señor de todas las cosas..." (EE.97), con que termina la contemplación del "Rey Eternal".

La segunda parte se centra en la elección (EE. 169-188) sobre todo la de estado (cfr.EE.135), que puede reducirse a enmendar y reformar la propia vida o estado" (EE.189): la elección se prepara, sobre todo en "el cuarto día..." (cfr.EE.136-157, 164-168), aunque, de hecho, se viene ya preparando desde la parte anterior; y se realiza "...contemplando su vida -la de Cristo-" (EE.135), sobre todo a partir de "la contemplación de Nazaret al Jordán, tomando inclusive, que es el quinto día..." (EE.163).

La tercera parte se centra en la Pasión desde la última cena hasta la sepultura del Señor y soledad de la Virgen (EE.190-209). Durante esta parte, la elección puede haber sido terminada; y entonces hay que comenzar a confirmarla; pero también puede ser perfeccionada, al menos en detalles (23).

La cuarta parte se centra en la Resurrección y ascensión de Cristo, unificada además por la Contemplación pana alcanzan, amor, que recapitula todos los Ejercicios (24).



No hay, pues, ninguna dificultad en hacer, en cuatro partes los Ejercicios completos; y darle» a cada una de esas partes entre cinco y ocho días de soledad completa según las posibilidades o las necesidades de la persona que recibe los Ejercicios (cfr. EE. 4).

No hay, tampoco, dificultad en combinar, esta manera de dar los Ejercicios completos, con las otras maneras de darlos, de que enseguida hablaremos.

Finalmente, el tiempo que puede mediar entre una parte y otra de los Ejercicios es variable: depende de las personas y de sus posibilidades o necesidades. Pero conviene mantener “en el tiempo intermedio la disposición de ánimo ya conseguida; y no reiniciar los Ejercicios sin controlar que se mantiene lo conseguido (25).

1.2. Ejercicios completos por etapas.

La división de los Ejercicios por "semanas" se halla en el mismo texto ignaciano (EE.4 y passim) pero es posible otra división por "etapas", nacida de un estudio teológico de los Ejercicios.

Los Ejercicios -lo acaba de decir la CG.XXXII (26)- enseñan a "discernir", o sea, a hacer "sana y buena -es decir, discreta- elección" (cfr. EE.175). Ahora bien, si se hace una teología de la discreción, tal cual esta es presentada por San Ignacio en los Ejercicios (27), se descubren en éstos cuatro etapas:

a. Primera etapa: preparación remota de la elección,

b. Segunda etapa: preparación próxima de la misma elección.

c. Tercera etapa: elección propiamente dicha.

d. Cuarta etapa: confirmación de la elección hecha.

Esto supuesto, los Ejercicios completos se pueden hacer según estas cuatro etapas.

En la primera etapa, se da desde el Principio y Fundamento, hasta el Rey Eternal, considerado éste como recapitulación de la Primera semana. Es la preparación remota a la elección que, de hecho, coincide con la primera parte ya vista con anterioridad.

En la segunda etapa se da nuevamente el Rey Eternal, como comienzo de la preparación próxima de la elección; y se llega hasta el "cuarto día de la Segunda semana", con las Dos Banderas y los Tres binarios. Los Misterios de la Infancia desde la Encarnación hasta la pérdida de Jesús en el Templo- forman parte de esta preparación próxima -en vista, sobre todo, a una elección de esta - dos- porque nos dan el ejemplo de Cristo nuestro Señor en los dos estados fundamentales : "custodia de los mandamientos...y...perfección evangélica..." (13: 135) (28).

Puede convenir dejar el "considerar... las tres maneras de humildad" (EE.164-168) para el comienzo de la tercera etapa; o puede convenir darla ya, para que el ejercitante siga la consideración durante el período intermedio entre una y otra etapa.

En la tercera etapa se hace la elección, comenzando con la "contemplación sobre la partida de Cristo nuestro Señor Nazaret al Río Jordán, y cómo fue bautizado" (EE. 158; cfr. EE. 163); y se llega hasta el "día de ramos...”. Puede continuarse con la elección durante la "tercera semana", dado que, como dijimos anteriormente -a propósito de esta tercera parte de los Ejercicios- puede darse, durante ella, algo que elegir.

En la cuarta etapa, de confirmación (29), se debe hacer sobre todo la "cuarta semana" y la Contemplación para alcanzar Amor, aunque puede ser conveniente hacer -o repetir, recapitulando, como se propone en EE.209, si ya se la ha hecho en la etapa anterior- la "tercera semana", por la unidad teológica entre pasión y resurrección del Señor.

Cada una de las etapas dura lo que es necesario -o posible - para cada ejercitante; pero, poco más o menos, los Ejercicios completos se pueden acabar en treinta días.

Esta manera -por etapas- de dar los Ejercicios completos no resulta -lo admitimos- del mismo texto ignaciano; pero sí de un estudio teológico de su dinámica interna.

2. Ejercicios completos en la vida cotidiana.

Ya hemos hablado, en otra ocasión, de esta manera de dar los Ejercicios completos, que brota de la Anotación 19: pero que, olvidada durante siglos, ha vuelto a practicarse con este nuevo -y sugestivo- nombre (30).

Es una manera muy tradicional de dar los Ejercicios completos. San Ignacio llamaba, a estos Ejercicios, "abiertos”: lo sabemos por el testimonio del P. Cámara, conservado en su Memorial. Después de recordar un límite que San Ignacio ponía a esta manera de dar los Ejercicios completos (31), el Cámara añade, por su cuenta : "Abiertos : llamo abiertos cuando el que los toma no está del todo recogido, y solamente tiene algún tiempo para las meditaciones, estando todavía ocupado en sus asuntos".

El Beato Fabro, al referirse a esta manera de dar los Ejercicios según la Anotación 19 habla de "ejercicios de segundo orden" y parece que así los daba con frecuencia, incluso en el curso de las conversaciones (32).

Tiene, hoy en día, la ventaja de no requerir "casa de Ejercicios”: los encuentros -diarios o semanales, según el ritmo adoptado en estos Ejercicios "en la vida cotidiana"- se pueden tener en la misma casa de quien recibe, o en la casa de quien los da.

Además, puede ser la única manera factible, hoy en día, para dar los Ejercicios completos.

Conclusión.

Nos preguntábamos, al comienzo, cómo dar, hoy en día, los Ejercicios completos.

Suponíamos que hoy, mucho más que en otros tiempos, es difícil que las personas, capaces de hacer los Ejercicios, puedan disponer de tantos días seguidos -"poco más o menos...treinta días" - para hacerlos como ellos requieren.

Dijimos también que la solución más común a este problema ha sido, hasta el presente, concentrar, lo esencial de los Ejercicios o de la elección, en ocho o diez día seguido; pero que esta solución no nos satisfacía.

Indicamos, a continuación, otras tres maneras:

a) Ejercicios completos por partes .

b) Ejercicios completos por etapas.

c) Ejercicios completos en la vida cotidiana .

Cualquiera de estas tres maneras nacen del texto ignaciano: la primera manera, de la Anotación 4; la segunda manera, sino explícitamente del texto ignaciano, al menos de un estudio teológico del mismo; y la tercera manera, de la Anotación 19.

Pudimos haber confirmado cualquiera de las tres maneras de dar los Ejercicios completos con la historia, ya desde los tiempos del autor de los Ejercicios; pero hemos preferido una manera más especulativa de tratar el tema.

Concluyamos diciendo que las tres maneras indicadas se pueden combinar entre sí, dando una "parte" -o "etapa"- en forma continuada, y otra "parte" -o "etapa"- "en la vicia cotidiana". Pero, ya lo dijimos, hay algo que nunca debe faltar en ninguna de las tres maneras indicadas: la continuidad interior.

Los Ejercicios son una "experiencia de Cristo" (cfr. CC. Decreto sobre la unión de los ánimos. n.11) que tiene continuidad interior; y por eso, en cada "parte" -o "etapa"- hay que controlar que se mantiene el fruto conseguido en la "parte" -o "etapa"- anterior.

Se puede sacrificar -por fuerza mayor- la continuidad exterior (en el tiempo que marca el reloj), pero nunca se puede sacrificar la continuidad interior.



Notas:

(19) Los Ejercicios Espirituales son una “…experiencia espiritual”, en la que se mira atentamente al mundo de su tiempo para descubrir sus interpelaciones… (cfr. CG.XXXII, Decreto sobre nuestra misión hoy. n.14). Esta experiencia -que lo es de Cristo, cfr. Decreto sobre la unión de los ánimos, n.11- es difícil de concentrar en menos de treinta días.

(20) Cfr. M.A.FIORITO, Teoría y práctica de los Ejercicios Espirituales según C. Fesard, CIENCIA'Y FE, XIII (1957), pp. 340-342 y 3477

(21) San Ignacio dice que este ejercicio del ''llamamiento del Rey temporal ayuda a contemplar la vida del Rey eternal..."(EE.91); pero hace que se practique "...dos veces al día, a saber, a la mañana en levantándose, y una hora antes de comer o de cenar"(EE.99). Interpretamos que la primera vez sirve para recapitular la "primera semana"; y que la segunda vez, introduce en la "segunda semana". Esta doble función se advierte en el coloquio final (EE.98), que está en continuidad con los "coloquios" de la "primera semana" (EE.53 y 61, 63,71), y prepara los "coloquios" de la "segunda semana" (EE. 147, 156-157,' 168).

(22) Según el Directorio oficial -y otros anteriores-, la contemplación para alcanzan amor se puede dar repartiendo sus cuatro "puntos" en los distintos días de la "cuarta semana": señal de que se puede considerar a esta contemplación como parte integral de la semana". Cfr. 'MHSI. MIgn. Directorios-segunda edición- , p. 734).

(23) La "nota" que sigue a los tres Binarios (EE.157) supone que se aplica en momento de elección; y esta "nota" se debe tener en cuenta durante la "tercera semana" (cfr. EE.199).

(24) Véase lo dicho más arriba, en la nota 22.

(25) Cfr. E, HERNANDEZ, La mañana tercera de Ejercicios completo, según San Ignacio, MANRESA, 1 8 (1946), pp.101-132; especialmente pp. 130-132.

(26) Cfr. CC.XXXII, Decreto sobre nuestra misión hoy, n.11:"...el discernimiento espiritual, que San Ignacio nos enseña en la experiencia de los Ejercicios… Decreto sobre la unión de los ánimos (n.38) nos habla del "...discernimiento espiritual, practicado según el espíritu de los Ejercicios…listos Decretos de la CC.XXXII no dirimen la cuestión entre "eleccionistas" y "unionistas": acerca de esta cuestión, véase lo que últimamente ha escrito Ch.A.BERNARD, Slgnification des Excercices de saint Ignace, RAM, 45(1969), pp.241-261.

(27) Cfr. M.A.TIGRITO, Apuntes para una teología de discernimiento de espíritus, CIENCIA Y FE XX (1964), pp.93-123; especialmente pp.97-102.

(28) M.PETTY, Evangelio de la Infancia y Ejercicios Espirituales, CIENCIA Y FE, XX (1964), pp.479-480: San Lucas tiene, en sus narraciones de la infancia del Señor, el esquema teológico del Rey Eternal (contraposición de Juan el Bautista con el Señor); San Mateo, por su parte, el esquema teológico de las Dos Banderas (lucha de espíritus). Sobre la santidad implicada en la "custodia de los mandamientos", cfr. M.A.FIORITO, La elección discreta según San Ignacio, BOLETIN DE ESPORITUALIDAD n.25, pp.7-8.

(29) Sobre este aspecto, algo olvidado, de la elección ignaciana, cfr. M.A.FIORITO, La elección discreta... (o.c. nota 28), pp.33-40.

(30) Cfr. Los Ejercicios en la vida cotidiana, ESTUDIO, ORACION, ACCION, suplemento del BOLETIN DE ESPIRITUALIDAD n.21.

(31) Cfr. MHSI. MIgn. FN. I, p.708. El juicio a que nos referimos es el siguiente: "Él Padre -Ignacio- juzga que, a personas de los que se espera que puedan venir a seguir la vía de perfección, aun que pidan los Ejercicios, no se les de abiertos" (ibídem). La razón de esta restricción sería que se trataba entonces de gente que podía darle ese tiempo pleno y continuo al Señor. Cfr. I.IPARRACUIRRE, Historia de los Ejercicios de San Ignacio (Roma, 1955), vol.2, p.281.

(32) Cfr. MHSI. Fabri Mon. pp.75 y 84. Cfr. S.NONELL, Los Ejercicios Espirituales, pp. 82-87.









Boletín de espiritualidad Nr. 42, p. 21-26.


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